I
Tu sexo, una molécula de arroz.
Me desplumás.
Usás tics del vello.
Con vos no soy paciente.
Volás como Juliette Binoche.
Sos el cielo.
Caminás y no me ves.
No hice nada de mi vida. Sólo escribirte.
Ver el bretel, los rostros, los olvidos,
el resto de café que borra el aire.
La muerte se parece a que no esté tu bretel.
La soledad de papá no se parece a nada.
Omóplato donde mi juventud se humedeció.
Bretel, arder, querer.
El árbol se te parece.
La soledad del campo
tiene papel macé, tapitas, envases de leche.
Árboles donde los vecinos tenían voces
y el alma iba y venía del tren.
II
En la pieza hay humedad.
Venís del baño y preguntás
dónde están los cigarrillos.
El espejo fuma.
Buscás y ves tu espalda.
Tu hombro dorado por la luz
que nada alumbra en los hoteles.
Lo tenés a Chandler, a Copi.
Tenés videos de Queen pero pedís el poema.
No lo sé.
Te miro bailar y el cuarto se agranda.
¿Estamos en Londres?
¿Jugamos al bowling en San Pedro?
¿Vamos a la Fiesta de la Flor?
Bailás y reís.
¿Llegamos a Amsterdam
o el hotel se parece al de Marsella?
Escribo lo que te duele.
SERGIO KISIELEWSKY
1 comment:
Que bien que ya muevas tu blog. Es señal de resurrección. Hoy leí algo:
Está permitido caer, pero es obligatorio leventarse. No sé, desde la lejanía, como acercarte mi mano. No lo sé. Pero estoy aquí, y soy como soy por toda la gente a la que quiero y que me quiere a su manera. Acá son casi las tres de la madrugada y voy a entregarme al sueño que no a las sombras. Te escribiré un poema. Sólo para ti. Te escribiré un poema y espero que sea ese poema que todos los poetas buscamos. Ese que cuando lo leas con tu voz en alto, sea tan parecido a la perfección que al mundo no le quede más remedio que cederle su sitio. Estrella de Mar, Estrella de océano. Estrella de cielo.
Recibe un abrazo en el corazón.
Alfonso.
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