Tuesday, March 14, 2006

¿Sabes?





¿Sabes acaso, que un precario sonido de tu voz

bastaría para dispersarme entero entre los vientos?

¿Puedes dormir sin pensarme, aún sabiendo que eres

la primera palabra, que mi boca entona cuando despierto?.



Y te ríes orgullosa mientras te cambias de camisa.

Y te afanas diáfana en la gloria hermética de los espejos.

Y rubricas con el carmín perfumado de tus finos labios,

sobre la fría piel de plata que retiene tu reflejo.



A mí me faltan amuletos para acercarme,

a esas mesetas extrañas donde se expanden tus bellos ojos;

a esa piel que reluce a la luz del día y de las aguas,

Igual que el ala de oro de un ángel que hubiese muerto.



Mano sobre mano espera el verso en la garganta,

denodado estremecedor de tus caros artilugios.

Demoledor cotidiano de la pálida escarcha de la costumbre.

Mágico sonido de los absurdos silencios de los mudos.



Quiero ser del preciso cirujano, el aguijón certero,

que apenas toca tu piel y sin embargo te envenena,

Haciendo que fluya en los cauces lentos de tu cuello

El mismo veneno que inunda el río inquebrantable de mis venas



Stglno.

2 comments:

Anonymous said...

hey, esto lo has escrito tu?

Stella M Accorinti said...

Claro que no.

Lo ha escrito el autor del blog que tengo linkeado,

DONDE NACEN LAS TORMENTAS