Te vi quemando el pasaporte con rabia
en la fuente de la plaza real,
entre fuegos artificiales pobres, de pueblo,
y palomas que nos ven pasar,
y todo lo demás también.
Parecía el cielo porque estabas conmigo,
todavía soy tu amigo,
pero te deseo el bien,
o lo que quieras,
pero por lo que más quieras
no me pises mis zapatos de piel.
Puedo presumir de poco,
porque todo lo que toco se rompe,
te presté un corazón loco,
que se dobla con el viento y se rompe.
Yo te prometí hacer deporte,
pero era una mentira,
para robarte un tal vez,
el fuera-de-juego era evidente
y en la frente me escribí tu nombre,
por primera vez,
y todo lo demás también.
Puedo resumir un poco,
porque todo lo que toco se rompe,
te presté un corazón loco,
que se dobla con el viento y se rompe,
y todo lo demás también.
Puedo presumir de poco,
porque todo lo que toco se rompe,
hablo de un corazón loco,
que se dobla con el tiempo y se rompe.
(Andrés Calamaro)
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